lunes, 29 de julio de 2019

Descubrir a Dios

Descubrir a Dios




En relación a Dios, muchas personas tienen alguna noción o creencia en un Ser Supremo. Otras no tienen interés en Dios y las hay que incluso están en contra de toda noción o concepto de Dios.

Para quienes han pensado acerca de Dios o Le han buscado, en muchos casos no han encontrado un método preciso y específico de conectar con Él o de desarrollar esa relación. La información que se precisa es quién es Él, dónde está y cómo podemos establecer contacto.

Desde la perspectiva de la Meditación Raja Yoga, el reconocimiento de nosotros mismos como almas, seres espirituales, es el primer paso para practicar el método fácil y natural de conexión con Dios, método denominado Raja Yoga. El segundo aspecto es comprender que Dios, el Ser Supremo es un Ser de Luz. Entonces, en un instante, con sólo un pensamiento, podemos crear esa conexión.

Cuando de repente descubrimos la clave para contactar con alguien con quien previamente habíamos experimentado dificultad o incertidumbre para poder establecer ese contacto, la cualidad de esa relación cambiará de forma natural. Empezaremos a sentir realmente la presencia de Dios en nuestra meditación. A medida que seguimos manteniendo esta conexión empezaremos a influenciarnos por las cualidades de Dios de amor, pureza, dicha y paz.

Estas cualidades se despertarán y fortalecerán en nosotros y a la vez, esto influenciará nuestras acciones y nuestra vida en general. La compañía que mantenemos ejerce tal poderosa influencia en nuestras vidas y personalidades. Tendemos de forma natural a evitar pasar tiempo en compañía de una persona descontenta porque esa compañía es incómoda y nos deja con un sentimiento similar. En cambio, buscaremos la compañía de alguien que sea feliz y esté contento y nos ame. 

Dios es el alma más contenta y completa de todas y también la más amorosa. Permitiendo a Dios que entre en nuestras vidas y nos influencie, nosotros también nos sentiremos más contentos y plenos. La calidad de las relaciones con los demás también cambiará. Estos son los beneficios inmediatos y duraderos de descubrir y conocer a Dios.
 

lunes, 22 de julio de 2019

Claves del contentamiento

Claves del contentamiento



En el tiempo presente, la tensión y la intranquilidad están incrementando en el mundo y, debido a esto, el descontento también incrementa. En tales tiempos, la habilidad espiritual de permanecer contento y satisfecho y cooperar para que los demás también lo estén es de gran necesidad.

En primer lugar, necesitamos desarrollar el arte de permanecer contentos con nosotros mismos. La base del contentamiento interior es la experiencia de logros, de resultados. La clave está en centrarnos en logros y resultados espirituales y no materiales o externos. Los logros que vienen de las circunstancias o las posesiones son siempre de carácter temporal y por tanto no pueden de ninguna manera proporcionar un contentamiento permanente.

Los logros espirituales sí son permanentes. Progresar en el conocimiento espiritual, en desarrollar y fortalecer nuestra paz, nuestra estabilidad, nuestra positividad frente a los desafíos de la vida, nuestra capacidad de compartir amor incondicional, todos estos logros incrementan nuestra satisfacción y auto-respeto.

Cualquier sentimiento de carencia trae consigo una disminución del contentamiento. Junto a llenarnos de logros espirituales, también es esencial permanecer más allá de los deseos limitados, los deseos de la mente que nos atrapan en la ilusión de que nos van a proporcionar una satisfacción verdadera, cuando lo único que hacen es crear dependencia e incluso adicción.

Cuando nos llenamos de logros espirituales podremos experimentar el contentamiento de forma estable. La satisfacción será visible a través de la cara. Y cuando estamos contentos en nuestro interior, de forma automática surgen la motivación y el entusiasmo por beneficiar a otros, por capacitarles a que también tengan logros espirituales.

lunes, 15 de julio de 2019

Una visión renovada del ser

Una visión renovada del ser



Para sentirnos bien, tenemos que comprender que nuestra característica fundamental es la paz. Siempre lo ha sido y siempre lo será. 

Por desgracia, las exigencias, los compromisos, las obligaciones y las responsabilidades del día a día nos limitan y ocupan un lugar tan prominente en la conciencia que no nos sobra tiempo para dar crédito al potencial de ser pacífico.

El ser posee alas y quiere volar. En ocasiones consigue batirlas para alzar el vuelo, pero quizás no tenga suficiente seguridad para, al abandonar su rama, permanecer volando de verdad sin caerse. 

¿Qué sucedería si un pájaro batiera sus alas, pero las garras no se soltaran de la rama en la que se encuentra? No volaría y sólo se cansaría. El cansancio y la frustración caracterizan el estado de la persona que no tiene fe en su propia capacidad de volar libremente y sobre todos los obstáculos. Se mantiene agarrada a las ramas del apego que generan una ilusión de seguridad.

Hay una frase popular para ayudar a alguien: «hacerle salir del nido». Pero, ¿quién puede hacer salir del nido al ser para dejarlo volar? Solamente el ser.

El primer paso consiste en aprender a valorar las características de tu personalidad que podrían conferirte una seguridad real, independiente de bastones y de ramas. Las verdaderas cualidades intrínsecas del ser espiritual: la paz, el amor, la seguridad, la felicidad…

El segundo paso consiste en comprender que los defectos y las flaquezas forman parte de un estado de conciencia que ya no voy a nutrir ni desarrollar. Comprendo que es un estado de conciencia erróneo y basado en la identidad falsa del ego.

Cuando alguien está construyendo una casa nueva, todo su amor y esperanza se dirigen al nuevo hogar. El viejo se olvida rápidamente.

Generando una visión poderosa del nuevo ser, todo el interés se dirige al futuro, hacia aquello en lo que me voy a convertir y el pasado ya no tiene fuerza para hacerme retroceder.

lunes, 8 de julio de 2019

Secretos de las relaciones

Secretos de las relaciones



Aquello Pensar en lo que los demás están haciendo puede darte dolor de cabeza.
En su lugar, piensa en lo que tienes que hacer. Hazlo, y verás como te sientes.
Nadie en realidad te produce intranquilidad. Tu eres tu amigo o tu propio enemigo.
Son tus limitaciones, debilidades, expectativas, hábitos negativos los que sustraen tu paz y te hacen sufrir.

Si alguien está haciendo algo erróneo, en lugar de arriesgar tu paz y dejar que la mente se queje, pregúntate: ¿Qué puedo hacer para beneficiar a esa persona?

Los buenos sentimientos hacia los demás son como un ungüento que cura las heridas y restablece la amistad en las relaciones. Los buenos sentimientos se generan en tu mente, se transmiten a través de tu actitud y se reflejan en tus ojos y en tu sonrisa. 
Una sonrisa abre el corazón y una mirada puede hacer milagros.

La humanidad es como un árbol, cada ser humano está conectado con la Semilla
y pertenece al mismo árbol. La belleza del árbol es que tiene diferentes ramas
y en cada una, innumerables hojas. Cada individuo también es diferente y tiene su propio papel.
Piensa en lo que tenemos en común y apreciarás a cada ser humano.
Esta es una clave para permanecer en paz.

Una de las principales razones por las que hay tanto miedo en nuestra sociedad
es que pasamos la mayor parte del tiempo escuchando noticias negativas sobre violencia y conflictos.
Proponte cambiar de tema y hablar de lo que la vida te ofrece.
Es necesario crear esperanza y entusiasmo en el futuro y una visión más positiva de la realidad del presente.
De esta forma promovemos la paz.

Coopera con los demás, crea cooperación, enseña a cooperar, inspira a cooperar
y encontrarás que el lugar de trabajo es un espacio de aprendizaje y de crecimiento personal. Tu motivación será la de aprender y no la de obtener tan solo una ganancia.

La raíz del sufrimiento, es el apego. Has creado un espacio en tu mente que mantiene a esa persona u objeto como parte de ti mismo.
Cuando se critica, se desprecia o deja de estar contigo esa persona u objeto, sientes dolor en la mente, tienes el sentimiento de pérdida.
Si quieres ser feliz has de aprender a amar y apreciar, manteniendo al mismo tiempo tu independencia.