viernes, 20 de marzo de 2015

Reflexión: El actor y la obra


 
La vida es como una obra de teatro – interpretas tu propio papel y te rodean muchos otros actores que también interpretan sus propios papeles individuales. No sabes qué escenas van a aparecer en la obra, así que tienes que prepararte para lo que sea que pueda suceder. A veces viene un gran éxito sin que realmente lo hayas estado buscando... a veces haces grandes esfuerzos por conseguir algo, y sin embargo no funciona y parece un fracaso. En ocasiones otros consiguen lo que tú siempre has querido, y a veces tú consigues lo que otros han estado intentando conseguir.

Es importante saber extraer el beneficio de cada escena para nuestro progreso en la vida. Por ejemplo, ¿cuál es mi relación con el fracaso? ¿Es algo que me deprima o desanime? ¿O lo veo como una experiencia de aprendizaje?... ¿Algo que me permitirá desarrollar mayor sabiduría para la próxima vez, de forma que mi preparación sea mejor y no vuelva a cometer el mismo error?

El arte de ser un observador desapegado nos capacita a relacionarnos con la vida de una manera muy equilibrada. Hay ocasiones en las que tenemos que actuar e interpretar nuestro papel de una manera muy activa. En otras ocasiones, lo correcto es hacerse a un lado de la escena y simplemente observar. La habilidad de cambiar de estar en el centro del escenario a ser parte de la audiencia... y volver de nuevo, nos capacita para disfrutar las escenas de la vida, sin quedarnos exhaustos debido a escenas que no nos gustan o perdernos en las que nos gustan. Cuando podemos ver las cosas como el observador desapegado, entonces somos muy útiles para los demás, para ayudar, para ofrecer apoyo, para ver las cosas desde una perspectiva diferente.

Fotografía de instagram (Karla Jivi)

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