Moler tus propios ingredientes
Existe un dicho: Muele tus propios ingredientes y experimentarás felicidad. En términos del conocimiento espiritual, no es suficiente comprender intelectualmente, es esencial trasladar el conocimiento a nuestra experiencia práctica.
Por ejemplo, el conocimiento espiritual de que somos un alma, un ser de luz, cuya naturaleza original es la paz y la estabilidad, cuyo estado natural es de equilibrio y bienestar. Otro aspecto del conocimiento espiritual es la comprensión de Dios, el alma suprema, como la fuente elevada de luz y poder espiritual, nuestro benefactor constante y benevolente, con quien si sintonizamos nuestra mente e intelecto, accedemos a un inagotable caudal de recursos espirituales y fortaleza. No es suficiente saberlo, necesitamos aceptarlo, reflexionar sobre ello, practicarlo en la vida y experimentarlo. Eso es lo que significa moler tus propios ingredientes y el fruto de ello es la experiencia de la felicidad, ya que el alma experimenta beneficio, logros y progreso.
Por ello, para avanzar espiritualmente, es muy importante convertir nuestra vida en un laboratorio de experiencias. Cuanto más reflexionamos y experimentamos con diferentes aspectos del conocimiento espiritual, más los hacemos nuestros y nos damos cuenta de su valor y su relevancia.
De esta manera, cuando transmitamos conocimiento espiritual a otros, lo haremos con el entusiasmo y el brillo que viene de la experiencia, y eso se convierte en una fuente de inspiración para los demás, les llena de coraje y motivación para aplicarlo también en sus vidas.
Además, cuando permanecemos en la práctica de reflexionar y aplicar el conocimiento espiritual, nuestra mente permanece involucrada en pensamientos elevados y de calidad que generan mucha energía positiva en nuestro interior. Entonces ningún problema, dificultad ni obstáculo nos atrapará o atraerá, ya que estaremos perdidos en la felicidad y el bienestar de nuestra propia mente. Debido a que estamos ocupados en nuestra mente, las debilidades no tienen oportunidad de venir y permanecemos estables en un estado elevado de consciencia.
Por ejemplo, el conocimiento espiritual de que somos un alma, un ser de luz, cuya naturaleza original es la paz y la estabilidad, cuyo estado natural es de equilibrio y bienestar. Otro aspecto del conocimiento espiritual es la comprensión de Dios, el alma suprema, como la fuente elevada de luz y poder espiritual, nuestro benefactor constante y benevolente, con quien si sintonizamos nuestra mente e intelecto, accedemos a un inagotable caudal de recursos espirituales y fortaleza. No es suficiente saberlo, necesitamos aceptarlo, reflexionar sobre ello, practicarlo en la vida y experimentarlo. Eso es lo que significa moler tus propios ingredientes y el fruto de ello es la experiencia de la felicidad, ya que el alma experimenta beneficio, logros y progreso.
Por ello, para avanzar espiritualmente, es muy importante convertir nuestra vida en un laboratorio de experiencias. Cuanto más reflexionamos y experimentamos con diferentes aspectos del conocimiento espiritual, más los hacemos nuestros y nos damos cuenta de su valor y su relevancia.
De esta manera, cuando transmitamos conocimiento espiritual a otros, lo haremos con el entusiasmo y el brillo que viene de la experiencia, y eso se convierte en una fuente de inspiración para los demás, les llena de coraje y motivación para aplicarlo también en sus vidas.
Además, cuando permanecemos en la práctica de reflexionar y aplicar el conocimiento espiritual, nuestra mente permanece involucrada en pensamientos elevados y de calidad que generan mucha energía positiva en nuestro interior. Entonces ningún problema, dificultad ni obstáculo nos atrapará o atraerá, ya que estaremos perdidos en la felicidad y el bienestar de nuestra propia mente. Debido a que estamos ocupados en nuestra mente, las debilidades no tienen oportunidad de venir y permanecemos estables en un estado elevado de consciencia.
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