Relación con la acción
Un indicador muy claro del progreso espiritual en términos de alcanzar la maestría interior es la habilidad de mantener una conciencia elevada mientras realizamos acciones. Es en el campo de la acción donde podemos constatar con precisión el nivel de estabilidad interna alcanzado. Podemos verificar hasta qué punto hay un efecto e influencia de las acciones que realizamos sobre nuestra consciencia.
Si al realizar acciones nos sentimos tensos y aferrados al resultado de la acción, nuestra consciencia es de sumisión y atadura a la acción. Ésta es una de las principales causas del estrés: detrás de las acciones que realizamos hay numerosos deseos y expectativas, cuya satisfacción depende del resultado de la acción.
Tener una relación con las acciones significa estar libre de la influencia del resultado de las mismas. Significa que mientras el alma usa los órganos de los sentidos para realizar acciones, a la vez está desapegada de las influencias externas y de los deseos perecederos. El alma no ha de ser sumisa al resultado de las acciones, sino que ha de ser el amo y seguir supervisando y facilitando que las acciones tengan lugar. La verdadera realidad del éxito está en la calidad de la creación de la acción. El resultado es sólo una imagen que refleja esta realidad.
Los órganos de los sentidos tienen un fuerte poder de atracción hacia los resultados inmediatos de la acción, y cuando el alma es influenciada se vuelve sumisa, se queda atrapada en la atadura de la acción. La consecuencia es que la calidad de la creación se afecta. Estar en relación con la acción significa estar más allá, estar desapegado.
Esto quiere decir que la función de los ojos es ver y mirar, pero ¿quién realiza el acto de mirar? Los ojos realizan la acción, pero es el alma la que da la instrucción de que tenga lugar la acción de mirar. Esto es lo que significa realizar acciones en un estado consciente del alma.
Desde una consciencia espiritual lo que necesitamos es fortalecer nuestra auto-soberanía y ello implica mantener nuestro equilibrio y auto-respeto al realizar acciones.
Un indicador muy claro del progreso espiritual en términos de alcanzar la maestría interior es la habilidad de mantener una conciencia elevada mientras realizamos acciones. Es en el campo de la acción donde podemos constatar con precisión el nivel de estabilidad interna alcanzado. Podemos verificar hasta qué punto hay un efecto e influencia de las acciones que realizamos sobre nuestra consciencia.
Si al realizar acciones nos sentimos tensos y aferrados al resultado de la acción, nuestra consciencia es de sumisión y atadura a la acción. Ésta es una de las principales causas del estrés: detrás de las acciones que realizamos hay numerosos deseos y expectativas, cuya satisfacción depende del resultado de la acción.
Tener una relación con las acciones significa estar libre de la influencia del resultado de las mismas. Significa que mientras el alma usa los órganos de los sentidos para realizar acciones, a la vez está desapegada de las influencias externas y de los deseos perecederos. El alma no ha de ser sumisa al resultado de las acciones, sino que ha de ser el amo y seguir supervisando y facilitando que las acciones tengan lugar. La verdadera realidad del éxito está en la calidad de la creación de la acción. El resultado es sólo una imagen que refleja esta realidad.
Los órganos de los sentidos tienen un fuerte poder de atracción hacia los resultados inmediatos de la acción, y cuando el alma es influenciada se vuelve sumisa, se queda atrapada en la atadura de la acción. La consecuencia es que la calidad de la creación se afecta. Estar en relación con la acción significa estar más allá, estar desapegado.
Esto quiere decir que la función de los ojos es ver y mirar, pero ¿quién realiza el acto de mirar? Los ojos realizan la acción, pero es el alma la que da la instrucción de que tenga lugar la acción de mirar. Esto es lo que significa realizar acciones en un estado consciente del alma.
Desde una consciencia espiritual lo que necesitamos es fortalecer nuestra auto-soberanía y ello implica mantener nuestro equilibrio y auto-respeto al realizar acciones.
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