El optimismo abre una puerta en las situaciones difíciles o desesperadas. El optimismo sabe que siempre hay un camino, no importa cuántas puertas se hayan cerrado. El optimismo cree que siempre existe una alternativa útil.
No importa cuál sea la crisis, un optimista mantiene la perspectiva de que es una señal, el momento para pensar de una manera diferente, o para una nueva forma de hacer las cosas. A veces la señal tiene que ser muy clara, incluso dura, o de lo contrario seguiremos en un auto-engaño y no despertaremos. Por supuesto, si nos falta optimismo, en vez de dar un paso hacia nuestra reinvención, surgirán la queja, el resentimiento o incluso la desesperación.
Los optimistas permanecen asidos a la esperanza. No ignoran la realidad ni las consecuencias de la negatividad, pero no se desesperan ni se pierden en el caos que surge cuando se abre la caja de Pandora, que libera hacia el mundo todas las cosas negativas. Hay muchas cajas así en la vida cotidiana que se abren a menudo, pero el optimismo nos capacita a encontrar soluciones para los problemas que nos asaltan.
Sabiendo que se pueden construir puentes, viendo que después de la tormenta brilla el arco iris con sus variados colores, los optimistas nunca se dan por vencidos. Tienen claro que si lo hacen, la caja de Pandora permanecerá abierta y todo tipo de demonios – de miedo, de caos y de angustia - seguirán emergiendo.
Para mantener una actitud optimista, mantén una determinación amable que te permita enfocarte en las posibles alternativas y encontrar las soluciones a los problemas. Sé flexible y capaz de ser guiado. Combina el arte de hacer que las cosas sucedan con la habilidad de permitir que las cosas sucedan, sabiendo que todo es una cuestión de encaje en el tiempo. Date cuenta de que se necesita considerar más de un factor a fin de construir con éxito un puente o encontrar una solución.
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