Todo lo que vemos posee lo que se puede denominar su valor adquirido y su valor inherente o innato. El valor adquirido es aquello que ha incorporado de forma directa por asociación, durante su existencia. El valor innato es lo que siempre es, independientemente de su apariencia.
Por ejemplo, el valor adquirido del oro cambia con las fluctuaciones del mercado. Su valor innato o real es el de ser uno de los minerales más hermosos. Es extremadamente dúctil y maleable. Si nos preguntáramos acerca de las principales cualidades que se dan en una relación armoniosa con alguien, podríamos casi inmediatamente contestar: amor, paciencia, tolerancia, entendimiento, empatía y así sucesivamente. ¿Cómo sabemos esto? ¿Cómo podemos juzgar o percibir el nivel de paz, felicidad o amor en una situación sino es por una proyección de estas mismas cualidades que están en nuestro interior?
Lo que sucede con nuestras cualidades innatas es que están en un estado latente y no se traducen muy fácilmente en acción. Aunque estas cualidades son la base de nuestros ideales, cuando estamos en un estado debilitado somos incapaces de ponerlas en la práctica a voluntad, de acuerdo a las necesidades del momento. Necesitan fortalecerse. Uno de los beneficios más inmediatos de la práctica de la meditación es activarlas.
Nuestras cualidades innatas están sólo esperando una oportunidad para manifestarse. Como una bombilla sin corriente, la posibilidad de encender nuestras cualidades existe, pero necesitan conectarse a una fuente de energía. Esto es exactamente lo que trae la meditación.
A pesar de todo aquello en lo que nos hemos convertido como un ser humano individual, nuestros atributos innatos profundos son todavía los mismos que siempre han existido en nuestro interior. Es nuestro núcleo interior de cualidades lo que de hecho nos inspira a buscar el ideal en lo que sea que hacemos.
Si alguien nos preguntara una lista de cualidades que son importantes en una relación entre dos personas, automáticamente surgirían en nuestra mente cosas como respeto, honestidad, sinceridad, apertura, y así sucesivamente. Incluso si nunca las hemos experimentado en la memoria viviente aun así las buscaríamos. El impulso de buscar y de soñar viene de nuestro propio almacén de atributos innatos que está simplemente esperando a ser encontrado y llevado a la actividad práctica.
Las cualidades innatas del alma son las más fundamentales. Son tan básicas que forman la base de todas las virtudes y poderes: Paz, verdad, felicidad, amor, pureza, poder, equilibrio. Son como los colores primarios y las virtudes son los secundarios.
Así como el verde está hecho de azul y amarillo, las virtudes tales como paciencia, tolerancia, coraje, dulzura y otras son compuestas de estas cualidades básicas.
Algunos ejemplos:
- Paciencia: paz, amor y poder.
- Coraje: poder y verdad.
- Dulzura: amor y paz.
- Paciencia: paz, amor y poder.
- Coraje: poder y verdad.
- Dulzura: amor y paz.
El objetivo de la meditación Raja Yoga es potenciar nuestros propios atributos innatos de forma que nuestro comportamiento pueda ser virtuoso de forma natural.
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