domingo, 22 de julio de 2012

Conferencia de Asha Puri: Elige la felicidad




 
ELIGE LA FELICIDAD
Conferencia de Asha Puri (India)

 


Lunes 20 de agosto de 2012 a las 19 h.

Vestíbulo principal del CCCB,
c. Montalegre, 5, Barcelona
 ENTRADA LIBRE


Asha Puri
Meditadora y profesora senior de Brahma Kumaris. Master en Sociología. Directora del Campus Educativo: Om Shanti (Delhi).
Organiza:

            
T. 93 4877667
info@aembk.org

lunes, 9 de julio de 2012

Honestidad y sinceridad

Sinceridad no significa simplemente hablar con franqueza. Significa conocer claramente lo que sucede dentro de ti.

Tal claridad se refleja en tus palabras, que tendrán el poder de la verdad, y surgirán con facilidad y sin vacilaciones. La sinceridad genuina cultivada dentro de ti es lo que les llegar a los demás y les influirá.
Si los demás te influyen fácilmente a ti, tu capacidad de ser sincero se reduce. Los demás no podrán recibir de ti ese sentimiento de verdad, y en tus relaciones no habrá un sentimiento de amor. Parecerán superficiales. Aunque el amor superficial es mejor que la carencia de amor ya que por lo menos asegura que no te vuelves totalmente frío, es obvio que no es el auténtico.
Se necesita mucho coraje para ser honesto. Una de las cualidades más nobles de una persona es la capacidad de decir: «Lo siento. Estaba equivocado y tú tenías razón». Lo que importa no es tener razón, esgrimir argumentos contundentes o lograr que acepten mis ideas. Lo que importa es ser capaz de reconocer mis errores, hacerme responsable de ellos, aprender la lección y seguir adelante con mayor grado de madurez.
La honestidad espiritual significa: “sé fiel a tu propio ser”. Es uno de los pilares de la grandeza, ya que permite experimentar el amor de Dios, y el sentimiento de que Dios y yo estamos muy cerca. Hay un gran poder en esta experiencia. Por desgracia, en lugar de disfrutar de tal grandeza de una forma natural, la mayoría de las personas renuncian a esta oportunidad poniendo excusas. Las excusas también son una forma de la falsedad.
Donde hay sinceridad y honestidad, los sentimientos se vuelven puros y limpios.

martes, 3 de julio de 2012

La felicidad, un signo de sabiduría

Experimentar tristeza no es un signo de sabiduría. Cuando sentimos tristeza por algo, tenemos que entender que hay algo que nos falta por comprender. ¿Por qué deberíamos sentir tristeza? ¿Nos ayuda a nosotros o a los demás?

Interiormente, las personas se crean muchas situaciones difíciles para sí mismas. La arrogancia, por ejemplo, hace que sintamos que nos faltan al respeto y nos causa tristeza y malestar. La arrogancia nos genera un deseo de recibir consideración y respeto y cuando no los recibimos, lo interpretamos como un insulto. “Mira, hago tanto por ellos y así es como me lo pagan”. Si damos desde el corazón y no tenemos arrogancia, entonces no lo sentiremos así.

Si tenemos buenas virtudes y nuestras acciones son buenas, nuestro destino también será bueno.

Pero sentirse triste o infeliz por algo, incluso estar de mal humor, es como poner una gota de veneno en un frasco de néctar. Lo estropea. No sólo se lleva la paz, sino que conlleva infelicidad. ¡No es para eso para lo que estamos aquí! Lo bueno es que rápidamente podamos crear una atmósfera de gran felicidad y alegría a nuestro alrededor.

Las personas sienten tristeza cuando se agarran o se resisten a las situaciones. Olvidan que estas situaciones son externas a ellos mismos. Todo lo que necesitan es soltar. Cuando lo consigan, serán felices, se sentirán en paz y volverán a sonreír. ¡Cuantas veces hemos mirado atrás en relación con un problema ya vivido y ha sido entonces cuándo nos hemos preguntado para qué tanto lío!

El arte de vivir de dentro hacia fuera no sólo nos permite soltar cuanto existe fuera de nosotros, sino que nos da la fuerza necesaria para evitar que nos atrape.

Cuando te sueltes de las cosas externas a ti, y llegues a ser libre, empezarás a sentirte en un estado de estabilidad, lleno de una felicidad que es independientemente de lo que suceda. La felicidad tiene los poderes de la paz y del amor fundidos en ella. Cuando hay paz y amor, sientes plenitud, te respetas a ti mismo y sientes gran fortaleza.