lunes, 21 de enero de 2019

El poder de la paz

El poder de la paz



Libérate de las crisis que creas a través de tu propia negatividad. Hay tantas crisis externas que no puedes ni tan siquiera contarlas. No hay nada que puedas hacer frente a ellas. Pero sí que puedes poner freno a las crisis que creas en tu propia mente, según la calidad de tus pensamientos.

Tu cuerpo, tu salud, tus relaciones y el mundo proporcionan gran variedad de situaciones ante ti. No te piden permiso. Pueden cambiar en cualquier momento sin que tú puedas evitarlo.

Todavía no ha concluido una crisis cuando ya hay otra que empieza. Los desastres naturales, los terremotos, las inundaciones: todos vienen por sí mismos. No vienen porque alguien lo pida ni tampoco desaparecen si así se les ordena.
Pero, ¿cuál es el estado de la mente antes de que llegue la situación? Cuando la mente es fuerte, las dificultades externas permanecen en el exterior y no me sacuden en mi interior ni me arrebatan mi estabilidad. La mente está en paz, libre de tristeza y de preocupación.

Cuando poseo esta fortaleza, las situaciones que acarrean tristeza pueden aparecer pero no siento tristeza en mi interior. Si lanzan una piedra, no me golpeará. Si alguien me insulta, ¡no hay problema! Mi cabeza debe estar calmada y no reaccionar de forma instantánea, ni siquiera rechazar. Dejemos que exista una aceptación de la escena. Esta aceptación es la que me hace sentir tranquila internamente. Entonces mis sentimientos pacíficos ayudarán a resolver la situación. También sabré mejor qué debo hacer o no.

Siempre debo mantener en mi conciencia que mi naturaleza esencial es la paz, que ésa es mi esencia y mi cualidad innata. Soy un ser espiritual, un alma de paz. 

lunes, 14 de enero de 2019

Creencias sobre la ira

Creencias sobre la ira




Hemos “aprendido a creer” que es normal enfadarse con los demás, con el mundo, incluso con uno mismo. Los padres y los jefes puede que incluso hayan aprendido a usar la emoción de la ira para atemorizar a los demás y conseguir que hagan lo que ellos quieren. Pocas personas se dan cuenta de que cuando nos enfadamos, nosotros somos los primeros en sufrir y los que más lo hacemos.

Después, cuando alguien aparece y sugiere que la ira no es una buena idea, y que no es una emoción sana, se resisten a esta creencia e incluso discuten para defender su ira! 

Es sólo cuando experimentamos la verdad de nuestra paz interior y nos damos cuenta de que la paz es nuestro estado natural, que el argumento de que “la ira es normal y parte de la vida” se descubre como erróneo y falaz. 

En la experiencia de la verdadera paz interior también nos damos cuenta, desde lo profundo de nuestra conciencia, de que en realidad no dependemos de nadie para experimentar nuestros sentimientos de paz, felicidad, contento y alegría. Esta experiencia de completa libertad interior termina con una de las creencias más profundas que la mayoría hemos aprendido, que es la de que dependemos de los demás, de los eventos y de las situaciones para sentir lo que sentimos.

Liberarnos de la ira no quiere decir que en las situaciones prácticas no nos expresemos ni digamos nada y nos sentemos en una resignación dichosa o en una especie de estupor meditativo! En vez de reaccionar desde la ira, experimentamos una renovada intención y una capacidad expandida de entender a los demás y permanecer vitalmente conectados con los demás.