SOLTAR
Sentimos tristeza cuando nos agarramos o nos resistimos a las situaciones. Olvidamos que estas situaciones son externas a nosotros.
Todo lo que necesitamos es soltar.
Cuando lo consigamos, seremos felices, nos sentiremos en paz y volveremos a sonreír. ¡Cuántas veces hemos mirado atrás en relación con un problema ya vivido y ha sido entonces cuando nos hemos preguntado para qué tantas complicaciones!
El arte de vivir de dentro hacia fuera no sólo nos permite soltar cuanto existe fuera de nosotros, sino que nos da la fuerza necesaria para evitar que nos atrape.
Cuando nos soltemos de las cosas externas a nosotros y lleguemos a ser libres, empezaremos a sentirnos en un estado de estabilidad, llenos con una felicidad que independientemente de lo que suceda, ya no la perderemos.
La felicidad tiene los poderes de la paz y del amor fusionados en sí misma. Cuando hay paz y amor, sentimos que somos el rey. Nos respetamos a nosotros mismos y nos sentimos muy fuertes, no como alguien inestable y que fácilmente se entristece.
Necesitamos prestar atención a la calidad de pensamientos que permitimos que vengan a nuestra mente. Los pensamientos deben ser puros, elevados y determinados. Entonces experimentaremos paz en la mente.
Preguntémosle a nuestro corazón: ¿Tengo pensamientos puros y positivos hacia todo el mundo, incluyéndome a mí mismo? ¿Prestamos atención a esto y le damos prioridad en nuestro paso por la vida? Este tipo de sentimientos crean una energía que automáticamente fluye hacia el exterior y nos protege de las influencias negativas.
El arte de vivir de dentro hacia fuera no sólo nos permite soltar cuanto existe fuera de nosotros, sino que nos da la fuerza necesaria para evitar que nos atrape.
Cuando nos soltemos de las cosas externas a nosotros y lleguemos a ser libres, empezaremos a sentirnos en un estado de estabilidad, llenos con una felicidad que independientemente de lo que suceda, ya no la perderemos.
La felicidad tiene los poderes de la paz y del amor fusionados en sí misma. Cuando hay paz y amor, sentimos que somos el rey. Nos respetamos a nosotros mismos y nos sentimos muy fuertes, no como alguien inestable y que fácilmente se entristece.
Necesitamos prestar atención a la calidad de pensamientos que permitimos que vengan a nuestra mente. Los pensamientos deben ser puros, elevados y determinados. Entonces experimentaremos paz en la mente.
Preguntémosle a nuestro corazón: ¿Tengo pensamientos puros y positivos hacia todo el mundo, incluyéndome a mí mismo? ¿Prestamos atención a esto y le damos prioridad en nuestro paso por la vida? Este tipo de sentimientos crean una energía que automáticamente fluye hacia el exterior y nos protege de las influencias negativas.