
Suceden muchas cosas entre dos personas que creen que se están comunicando a través de las palabras. Cuando escuchamos a alguien, podemos captar lo que van a decir incluso antes de que lo digan y consciente o inconscientemente, a menudo empezamos a preparar una respuesta. Traemos a la conversación nuestras percepciones del otro, que determinan si nos comunicamos de una manera que sea auténtica, abierta y mutuamente respetuosa o lo opuesto, una comunicación en la que surgen reacciones, bloqueos y malentendidos. Si estoy pensando acerca de cómo le responderé o acerca de algún sentimiento del pasado u opinión del otro, realmente no estoy escuchando – no estoy presente para ellos.
Para desarrollar el arte de escuchar necesito revisar: ¿Vengo de un espacio de honestidad y respeto? Si es así, mi interlocutor lo captará y estará receptivo a lo que le diga. Pero si no es así, buscará protegerse a sí mismo o se preparará para resistir o alejarse. En el pasado puede que hayamos reaccionado confrontando o evitando aquellos con quienes nos sentíamos incómodos – debido a que, en realidad, no nos sentíamos cómodos con algo en nuestro interior.
Cuando nos sentimos cómodos y en armonía con nosotros mismos, entonces somos capaces de darle a otro nuestra atención completa, libre de prejuicios y criticismo y simplemente escuchar – sin necesitar ninguna aprobación, respeto o gratitud. Entonces es como si les estamos dando un regalo – y con frecuencia, suele ser el que más necesitan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario