lunes, 22 de septiembre de 2014

Conferencia: Liberarse de las relaciones tóxicas y generar armonía

Liberarse de las relaciones tóxicas y generar armonía
El pasado viernes 12 de septiembre, en la Sala de actos de Escoles Pies, la coordinadora de Brahma Kumaris en Italia, Wendy Farrington impartió una conferencia titulada: “Liberarse de las relaciones tóxicas y generar armonía”. 
 La conferenciante habló en inglés y Marta Matarín se encargó de la  traducción al castellano. Todo lo relatado fue fruto de su experiencia personal. Destacó dos características de las relaciones tóxicas: primeramente, cómo identificarlas y cómo nos puede ayudar la meditación,  además de algunos de los síntomas que nos indican que estamos en una relación tóxica.
 Primera característica: el  miedo, sensación de inseguridad. Segunda característica: trabajos estresantes, en cualquier área de nuestra vida: familiar, laboral.  La espiritualidad no es una ciencia médica, la meditación ayuda a mejorar el sistema inmunológico. Con paciencia, tolerancia y fortaleza interna se puede conseguir que la relaciones estresantes sean más fáciles de llevar.
 En las relaciones tóxicas uno se lleva el 10% y el otro el 90%.  Es en este caso donde hay que pensar si es esa relación  la que realmente se quiere.  Algunos  de los síntomas que nos indican que estamos en una  relación tóxica pueden ser: 1) Sentir que te controlan, 2) Sentir que te mienten, 3) Sentirse atrapados, 4) Sentir que abusan de ti en cualquier forma, 5) Sentirse amenazado, 6) Sentir que se burlan de ti 7) Violencia física. 
 En estos casos hay que posicionarse a cierta distancia de la otra persona, con  un posicionamiento mental de desapego. Ya no aceptas los insultos, ya no te afectan, es un mecanismo de supervivencia. 
 También es importante saber diferenciar entre egoísmo y egocentrismo. El egoísmo es una falta de generosidad  y el egocentrismo es una falta de desarrollo personal.
 Hay que recordar que la felicidad  de uno es tan importante como la del otro.  No hay que sacrificar  la vida  por personas que tienen  una forma difícil de ser. No podemos dar  la fortaleza que no tenemos.  Para esto hace falta: autoestima, fuerza interior y coraje. Estas tres cosas se consiguen con la espiritualidad. La espiritualidad nos permite comprendernos a nosotros mismos en profundidad.
 Somos energía espiritual viviendo en un cuerpo. El cuerpo es el que hace la actividad. La energía espiritual es la que nos hace sentir felicidad o sufrimiento. Es la energía que nos  permite mejorar la calidad de nuestra vida. Hay que trabajar el tener una actitud mental positiva hacia esa persona aunque no sea fácil ya que cuando se está bajo una relación tóxica la mente está llena de  sentimientos negativos. 
 Wendy nos aconsejo un buen método para practicar en estos casos: hacer una lista con las cualidades de la persona con la que  se tiene el conflicto y guardarla. Tan pronto como la mente vuelva a ser negativa sacar esa lista de cualidades y así la relación va mejorando. Al igual que en el mundo físico también ocurren cosas mucho más profundas en el mundo sutil. Somos seres espirituales y las cualidades básicas son amor, alegría y dicha y, si hay algo que estimula esa energía en  nuestro interior, ocurrirán milagros. La energía del amor es una energía extraordinaria igual que la energía de la paz pero hay que saberla utilizar.
 ¿Cómo podemos crear las cualidades de: tolerancia y paciencia? Las podemos crear con estas tres cualidades: paz, dicha y amor. La paz  más el amor nos da la tolerancia. Es difícil ser tolerante si no se tiene paz. Si perdemos la paz no podemos tolerar. Si además añadimos a nuestra energía, dicha y alegría, obtendremos entusiasmo. Cuando alguien es intolerante es porque  le falta  paz y amor. 
 Con la meditación se estimulan más estas energías. Cuando la energía se bloquea es porque las cualidades de la paz y del amor no se sustentan espiritualmente.
 Al meditar  nos  reenergetizamos  a ese nivel y   desarrollamos  un estado de paz interno muy rápidamente. La paz es algo muy útil en la vida y es algo que ayuda a los demás. 
 Al finalizar, como en todos  nuestros actos, Marta  Matarín dirigió una meditación en la que todos pudimos  experimentar esa paz.

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