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domingo, 22 de marzo de 2020

Integridad I

Integridad I



Integridad es la consistencia interna que viene de una honestidad rigurosa y de fuertes principios éticos. Supone reconocernos como un ser indiviso y completo. La integridad surge de la comprensión de que tenemos la capacidad de resistir debilidades tales como entrar bajo la influencia de los demás, dudar de nosotros mismos o caer ante el influjo de tentaciones o amenazas. Sabemos y experimentamos que nuestro espíritu no se puede romper. Nuestra base es el coraje y el auto-respeto. Vivimos nuestra vida siguiendo principios éticos claros y diáfanos, sobre los que hemos reflexionado en profundidad y que expresamos a través de nuestras palabras y comportamiento. Somos lo mismo interna que externamente. Esto nos hace honestos y dignos de confianza.

La integridad trae contentamiento. Contentamiento significa vivir una vida en la que nos sentimos satisfechos, plenos y felices con aquello que hemos conseguido y disponemos. Nos sentimos en armonía con nuestra vida y logros. No somos avariciosos ni nos preocupamos por acumular sino que somos generosos.

Se dice: “Vive cada día como si fuera el último.” Se puede extender el significado de esta máxima a cada momento del día a través de la práctica de la honestidad y de un mayor reconocimiento de la importancia del tiempo.

Desde la integridad cambiamos nuestra visión del mundo y nuestra visión del ser en el momento en que nos damos cuenta de que somos, en esencia, un alma hermosa y llena de amor, y que todo depende de nuestra manera de pensar. De esta manera transformamos la visión de todo lo que nos rodea y la interpretación de los eventos y circunstancias. También cambian nuestros sentimientos en relación a eventos del pasado.

lunes, 30 de diciembre de 2019

El poder de la fe

El poder de la fe



Un calidoscopio crea dibujos preciosos a partir de unas piezas desordenadas que están dispersas; cuando el calidoscopio gira, el desorden se vuelve orden, el caos se vuelve belleza y simetría. La obra de teatro de la vida está girando constantemente y nosotros formamos parte de su movimiento cíclico; a veces ese movimiento cíclico de la vida es compasivo, comprensible y agradable, mientras que otras veces es tenso, temible, estresante e incomprensible. Experimentamos confusión y miedo porque no entendemos qué está pasando, por qué está pasando y cómo se puede mejorar. Las cosas no sólo nos parecen caóticas sino también sin remedio. Si somos capaces de ir más allá de las preguntas “¿por qué?”, “¿qué?” y “¿cómo?” y podemos limitarnos a estar tranquilos, sin juicios ni presiones durante un cierto tiempo, entonces las cosas se resuelven. Para ello se requiere fe.

El poder de la fe significa que sabemos que de algún modo y de algún lugar llegarán las soluciones y las respuestas correctas a su debido tiempo.

Estamos tan acostumbrados a controlar a las personas y situaciones para obtener un resultado particular que hemos olvidado cómo usar el poder de la fe.

La fe dice: “Planta las semillas adecuadas, haz el esfuerzo adecuado, pero deja también que las cosas sean”. La fe no significa permanecer pasivo sino más bien actuar y pensar sobre algo y, después, tener la paciencia y confianza de que la obra de teatro de la vida también está velando por ello; las consecuencias de cualquier acción no dependen sólo de mí.

Con la práctica de la meditación, nuestro intelecto funciona como un
 calidoscopio y cuando la obra de teatro de la vida gira, podemos percibir las formas ocultas y preciosas que, con tiempo, se vuelven visibles y benévolas.

El éxito, o la victoria, dependen tanto de hacer las cosas con buena intención como de permitir que las cosas sigan su propio curso. La sabiduría es el conocimiento de este equilibrio.

jueves, 8 de junio de 2017

Precisión, constancia y disciplina

Precisión, constancia y disciplina

La precisión no se refiere a hacer las cosas de un modo perfecto o según una norma. Desde el punto de vista espiritual, ser preciso es ante todo ser consciente de la actitud apropiada para crear armonía en las propias relaciones. Si inspiro entusiasmo, fe y confianza en los que me rodean, sean éstos colegas, amigos o familiares, también crece mi propia estima y mi habilidad para hacer que las cosas marchen bien.

Para tener la firmeza de una roca para los demás, necesito pisar suelo firme. Debo saber quién soy y qué tengo para dar a los demás. Esta clase de constancia sólo se logra si tengo la disciplina de recargar mis baterías espirituales día a día. Las primeras horas de la mañana son las más apropiadas para recibir paz y amor de Dios mediante la meditación. Puedo entonces encarar mi jornada con un bagaje de sabiduría y amor, y con la certeza de que siempre estaré preparado para asistir a los demás en sus momentos de necesidad.

Si aprendo a gozar del momento presente y dar lo mejor de mí mismo en cualquier situación, evito llegar a sentirme hastiado de la vida. Cuando mi energía empieza a agotarse, basta con recordarme que debo gozar de cualquier cosa que haga y verter amor en todas mis tareas, para sentirme otra vez pleno de energía.

No hay mayor disciplina que vivir con obediencia a los valores que me son más preciados. Tal vez tenga que sacrificar algo para lograrlo, quizá reconocimiento, dinero o posición social. Pero la recompensa es enorme: respeto por mí mismo, confianza en mí mismo y la capacidad de afrontar las adversidades con coraje y optimismo.
 

lunes, 2 de marzo de 2015

Conferencia Aquietar la mente, calmar el corazón

Os invitamos a la conferencia Aquietar la mente, calmar el corazón a cargo de José María Barrera profesor de pensamiento positivo y meditación Raja Yoga. Miembro del equipo coordinador de Brahma Kumaris Barcelona. En la calle diputación 329 pral., en Barcelona el próximo miércoles 4 de marzo a las 19hrs. Entrada Libre. Os esperamos!