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lunes, 16 de diciembre de 2019

Relaciones armoniosas y libres de conflicto

Relaciones armoniosas y libres de conflicto



Para generar armonía y entendimiento en las relaciones con los demás necesitamos prestar atención a los pensamientos, sentimientos y actitudes que generamos en nuestro interior.
Un método sencillo para mejorar nuestras relaciones es prestar atención a sus especialidades y virtudes. Se dice que donde se dirige nuestra atención, a eso le damos vida. Aquello en lo que enfocamos nuestra atención es lo que sin darnos cuenta empezamos a absorber y asimilar internamente. Si nuestra atención se dirige hacia los defectos y las debilidades de alguien, entonces nosotros mismos nos hacemos defectuosos. Nuestra visión y actitud se influyen por ese defecto o debilidad, y empezamos a identificar a esa persona con esa deficiencia. Esto creará dificultades y obstáculos en nuestra relación.
Si por el contrario, nuestro foco son las fortalezas, cualidades y valores positivos de la persona, no importa cuántos defectos tenga, nuestra visión y actitud será elevada y constructiva. A nivel sutil esto es como tender un puente entre ambos, la comunicación será fácil y fluida, porque la otra persona sentirá el efecto de nuestra visión positiva.
A la vez, es importante ser considerado y apreciar y valorar las opiniones e ideas de los demás. Aunque no estemos de acuerdo ni compartamos sus puntos de vista, el hecho de escuchar con respeto y no reaccionar ni rechazar lo que nos sugieren, prepara el terreno de manera adecuada para que nosotros podamos exponer nuestro punto de vista. De hecho, a nivel espiritual, no importa que nuestros puntos de vista sean diferentes, lo importante es que nuestros buenos deseos y sentimientos puros permanezcan constantes, esto es lo que sustenta y protege unas relaciones armoniosas y gratas.
Las personalidades de cada uno siempre serán diferentes, y van a seguir siéndolo, pero depende de nosotros el amoldarnos y ajustarnos, el entrar en conflicto o alejarnos y desconectar. En todo momento, lo que es importante es darnos cuenta de la opción que estamos tomando, y ser conscientes de las consecuencias de esa opción. A veces nos engañamos a nosotros mismos pensando que la causa del conflicto radica exclusivamente en el comportamiento de la otra persona, sin darnos cuenta que nuestra propia actitud interna es un componente clave en la dinámica de esa relación y de ese conflicto. Cuando cambiamos, el mundo cambia.
La vida se basa en las relaciones. La primera relación es la que tenemos con nosotros mismos. Lo que la espiritualidad nos enseña es la importancia del impacto e influencia de nuestros sentimientos, pensamientos, visión, actitud y conciencia en todo lo que hacemos y expresamos. Nos enseña a prestar atención primero a nuestro ser interno y a generar un estado de conciencia positivo y elevado. Si quiero en mi vida relaciones armoniosas y libres de conflicto, lo primero que he de hacer es generar ese estado en mi interior, hacer que mi mente, mis pensamientos y sentimientos sean pacíficos y armoniosos. Después podemos entrar en el mundo de las relaciones y veremos con alegría el impacto tan positivo que esto tiene sobre los demás.

lunes, 2 de septiembre de 2019

Conquistar la pereza y el descuido

Conquistar la pereza y el descuido  





La pereza y el descuido son importantes obstáculos internos que nos impiden alcanzar nuestras metas y objetivos personales.

Posponer las cosas, pensar “ya lo haré después” suelen ser indicativos de la influencia de la pereza. La persona que está bajo la influencia de la pereza sólo pensará en su descanso y confort, tratando de evitar el compromiso y el esfuerzo. El lenguaje de alguien influenciado por la pereza estará lleno de excusas y justificaciones. La pereza hace que uno siga funcionando de acuerdo a su vieja personalidad.

Bajo la influencia del descuido se genera mucho desperdicio. Tal persona será desorganizada, desperdiciando su tiempo y haciendo que otros desperdicien su tiempo y energía. Hablar más de la cuenta, innecesariamente, también es un signo de descuido. Malgastará los recursos de que dispone.
Para conquistar la pereza y el descuido es necesario inculcar en nuestras vidas un principio espiritual fundamental: en la vida, nunca me sentiré verdadera y profundamente contento y satisfecho si no utilizo todos mis recursos de una forma digna y valiosa.

Los principales recursos de los que disponemos son el tiempo, los pensamientos, la energía, la riqueza y las relaciones. Cuando administramos estos recursos con sabiduría y los utilizamos para metas y objetivos elevados y constructivos, para nuestro progreso espiritual y para el de los demás, de forma natural nuestro nivel de satisfacción interna aumenta.

El esfuerzo espiritual rápido y auténtico se caracteriza por no retrasar ninguna tarea auspiciosa ni repetir los errores. El alma será activa, precisa y alerta. El fruto de ello es que experimentaremos un entusiasmo constante y estable.