viernes, 22 de noviembre de 2013

DETERMINACION Y PACIENCIA PARA LOS RETOS DE HOY


DETERMINACIÓN Y PACIENCIA PARA LOS RETOS DE HOY
El pasado 14 de noviembre en el Espacio Elsa tuvo lugar  la conferencia “Determinación y paciencia para los retos de hoy”. Asistieron 60 personas. Marta Matarin,  profesora de meditación y pensamiento positivo,  fue  la conferenciante.
La determinación y la paciencia parece, a priori, que sean cualidades opuestas. Cada una de ellas,  llevada al extremo, puede ser perjudicial. Pero las dos cualidades  pueden combinarse  muy bien.
Encontrar el equilibrio entre una persona muy determinada junto a una persona muy paciente no es fácil. Una persona puede ser muy determinada pero  tiene que cuidar de no dañar a los que están a su alrededor.  Puede tener su objetivo muy claro y no tener en cuenta para nada a los demás. Y, si por el contrario, una persona  es muy paciente, tanto que le falta determinación, tampoco es bueno. Se trata de tener el nivel de determinación suficiente  y la paciencia necesaria.
En realidad, la palabra determinación tiene que ver con terminar, llevar a cabo, concluir algo. En la medida que sea capaz de incorporar algo de paciencia lo podré  llevar a cabo. Seguramente para llegar al objetivo que me he propuesto  ocurrirán cosas, situaciones  y tendré que aprender, con paciencia,  de  todo lo que acontezca, para  llegar al objetivo. En las organizaciones, en las familias,  hablamos de  cuatro tipologías de personas.  La primera tipología  son las que son sólo determinadas, se les llama tiburones. Su actitud es: lo conseguiré sea como sea. Estas personas no tienen en cuenta nada, van directas hacia su objetivo. A la segunda  tipología se les denomina osos de peluche. Estas dejarán su objetivo para que otras estén bien. El tercer tipo son las que  se denominan tortugas. Evaden las situaciones, no tienen  valentía, evitan conflictos. Y, por último, los zorros. Son ágiles, están presentes, pero no se dejan ver. Si en una casa u organización todos son tiburones, saltan chispas a menudo. Si todos son tortugas, cada uno tiene su espacio y ninguno se comunica con los demás. Si son osos de peluche, no pasa nada, todos intentan complacer a los demás. Todo funciona mejor cuando hay de todo, alguien determinado, alguien oso de peluche, alguien tortuga  y alguien zorro. La paciencia, llevada al extremo, se convierte en pasividad. Hay que encontrar el equilibrio entre las dos: paciencia y determinación sin dejar de lado lo que tenemos que hacer. No podemos hacer que otros  tengan determinación. Podemos  ver sus cualidades y el gran potencial que tienen pero si la otra persona no lo reconoce no tendrá esta determinación. Tenemos que ser pacientes con nosotros mismos y podremos ser pacientes con los demás. Si no acepto a los demás tal y como son no los estoy queriendo. Tenemos que revisarnos y ver qué “pinchos” he generado que  impiden que la gente se acerque a mí o, ¿soy de los que crean situaciones fáciles? La determinación implica acción, la paciencia la asociamos más al silencio. La paciencia es la ciencia de la Paz. Tenemos que ser capaces de entender la profundidad que tiene la ciencia de la paz. Tenemos que crear pensamientos positivos de fuerza, no de pena para poder ayudar a los demás. El amor es un sentimiento de energía muy poderosa. La acción determinada necesita sólo un pensamiento determinado. Cuánta fuerza pierde mi determinación por la energía que estoy desperdiciando. Pero si sólo soy determinado  no dejo espacio en mi vida para que la magia pueda actuar y si me atrevo a dejar espacios de silencio, empiezo  a ver cómo empiezan a pasar cosas en mi vida. Cuando dejas de pensar y dejas de juzgar  vas fluyendo con lo que viene. Cuando hacemos las cosas con la energía de Dios creamos un karma  muy positivo. Y, para finalizar, una pregunta  para pensar y unos minutos de meditación: ¿Qué nivel de profundidad dejan nuestras huellas  en los demás?

No hay comentarios:

Publicar un comentario